Después del madrugón para ir a Astorga el día se presentaba un poco confuso, nubes, claros y algún momento de lluvia, todo esto durante la primera parte del recorrido, después del avituallamiento el día se presento con bastante aire y esto dentro del monte lo complica un poco, por los remolinos, por lo demás el día quizás se presento mejor de lo que se esperaba.
Este evento aunque no es todos los años este parece que llego con mas fuerza, después de mas dos años de pandemia, el recorrido nada del otro mundo, salvo que a la hora de la salida ya había llegado bastante gente, cosa que no pasaba hace años, siempre salíamos unos pocos y después ya iban llegando.
Vuelven los carnavales como en los viejos tiempos, pero con un toque de modernidad que se sale de madre, a veces las cosas se van quedando dormidas y aunque quisiéramos despertarlas necesitamos una inyección que nadie se atreve a dar, y este año llego la mencionada inyección.
A las diez y media de la noche empezaba a llegar la gente al bar con sus disfraces compuestos por múltiples atuendos, fruto de la imaginación sin limites de cada cual, hay que competir para llevarse el primer premio, 80€, 50€ de segundo y 20€ al tercero, organizado por Ramiro (el del bar), y todo ello supervisado por un jurado expresamente para la ocasión, totalmente desconocido para los participantes y viceversa, sin conocidos ni favoritos, poco a poco el ambiente se fue animando.
Una vez mas la multitud de pendones de toda la provincia llenaron de color y espectáculo la capital leonesa como siempre no faltaron las exhibiciones de habilidad de los pendoneros en la recta final, a continuación dejo unas pocas de fotos
